Hacer dinero de forma fácil y sencilla

Necesito dinero, ¿cómo puedo conseguirlo?

El error más común cuando necesitas dinero es acudir al banco o caja de referencia con los "deberes" sin hacer. En un momento en el que las entidades han cortado el grifo del crédito y endureciendo de las condiciones de préstamo es imprescindible ir a pedir dinero suficientemente preparado. En este sentido, no sólo se trata de que lleves la documentación necesaria, sino más bien de saber en qué situación exacta te encuentras y por qué cantidad puedes negociar.

Ante la cuestión de necesito dinero, ¿cómo puedo conseguirlo?, el trabajo previo consiste en primer lugar en informarte sobre las ofertas del mercado: ¿cuáles son los mejores préstamos? ¿Qué entidades ponen menos trabas?

Necesito dinero, ¿cómo puedo conseguirlo?

¿Cuánto dinero te pueden dar? En realidad esto deberías hacerlo de todas formas antes de lanzarte a un 'tour' sin sentido por las sucursales bancarias, crediticia y tu capacidad de endeudamiento. En cuanto a la situación crediticia sirve para comprobar si tienes o has tenido otros créditos y sobre todo si has sido buen pagador. Cada persona es consciente de cuándo ha dejado o no de abonar sus préstamos, pero conviene por lo menos hacerte un repaso mental. De todas formas el banco ya lo hará por ti. En este punto también es interesante acudir a los registros de morosos como Asnef o RAf para comprobar si tu nombre aparece en ellos y en caso de que así sea tratar de que lo eliminen (siempre que no tengas efectivamente una deuda pendiente).

En este punto hay ciertos elementos que pueden jugar a tu favor o en tu contra como los cambios laborales (que no suelen gustarles a los bancos), el tipo de contrato y tiempo de permanencia en la empresa (si es indefinido y si supera el año mejor) o el número de tarjetas de crédito que hay en tu cartera (si hay demasiadas será una mala señal), entre otros.

Necesito dinero, ¿cómo puedo conseguirlo?

Después tendrás que comprobar cuánto dinero puedes pedir. La cantidad no va a depender tanto de tus necesidades reales como de la capacidad de netos (ingresos totales menos gastos) y de tu patrimonio. En términos generales la cuota mensual de un crédito no debe superar el 35% de las ganancias netas (lo ideal es que se establezca entre un 20-25%), aunque esta puede ser algo mayor si existen bienes con los que puedas avalar el préstamo (vivienda, coche, objetos de valor, etc.) o que tengas detrás a un avalista.

Por último, tendrás que justificar para qué utilizarás el dinero y repasar los principales conceptos de los que se compone un préstamo para poder negociar sin perderte en la jerga financiera y saber qué puntos son importantes y negociables y cuáles no. Entre los gastos de un préstamo se encuentran la comisión de apertura, por cancelación o amortización parcial y total, gastos de demora y comisión de estudio.

Con estas ideas claras ya sólo te resta acudir a la sucursal vestido para la ocasión para dar una buena imagen y tranquilamente exponer al asesor financiero tu propuesta. A partir de ahí entrarán en juego tus habilidades de negociación.

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