8 Formas de suicidarte financieramente
4. El desconocimiento absoluto.
El desconocimiento absoluto en materia de finanzas provoca que cuando ganamos dinero nos dejemos asesorar por personas que damos por hecho entienden de finanzas más que nosotros, y es lo que nos lleva a contratar productos de inversión complejos y de alto riesgo, ya que hemos confundido a la figura del "director vendedor del banco" con la de un asesor financiero.
En otras ocasiones cometemos los típicos errores de inversores novatos comprando exactamente las mismas acciones que el resto de la manda, así como solemos caer en la madre de todos los errores de inversión. Recuerda que el consejo de la mayoría de los grandes inversores es no invertir en cosas o productos que no comprendas.
5. No invertir.
Otras personas tienen unos conocimientos financieros tan avanzados que son totalmente enemigos del riesgo, y por tanto, piensan que cualquier inversión conlleva algo de resto. Y tienen razón, pero el dinero hay que invertirlo para poder vencer a la inflación que es un devaluador de nuestro capital. Como hemos dicho en anteriores ocasiones: "si no inviertes por el miedo al riesgo, debes saber que no invertir ya es un gran riesgo de pérdida constante".
6. Usar la vivienda como facilitador de créditos y préstamos.
Aunque en ocasiones es inevitable recurrir a poner nuestra casa como aval para la obtención de un préstamo, lo cierto es que este hecho se encuentra entre las formas de suicidio financiero más común en España.
Muchos préstamos para iniciar nuestro propio negocio, únicamente nos los conceden porque ponemos nuestra vivienda como aval. En otras ocasiones, es la casa la que financia los gastos de una boda e incluso el viaje de vacaciones que nos podemos permitir cargando ese crédito a la hipoteca de nuestra vivienda.
Recuerda que una vez hemos pagado 5, 10 ó 15 años de hipoteca, en caso de que no podamos hacer frente a los pagos de un crédito en el que pusimos nuestra vivienda como aval, corremos el riesgo de perder la vivienda por ejecución hipotecaria, habiendo hecho tanto la mayor locura financiera como la peor inversión de nuestra vida.
7. El matrimonio.
Si bien el matrimonio es uno de los mayores destructores de riqueza, en otras ocasiones, ponemos negocios, cuentas bancarias y propiedades a nombre de nuestro cónyuge, siempre contando con "el amor hasta que la muerte nos separe". No es necesario decir lo que podría ocurrir en caso de un divorcio de malas formas. Cuando hay hijos de por medio, la economía para el cónyuge que no tiene la custodia, se ve inmerso en una situación económica altamente inestable.
No podemos predecir si nuestro matrimonio será para siempre. Me dijo un viejo sabio una vez que en el matrimonio hay que cuidar y querer a tu mujer como si fuera para toda la vida, pero que el dinero hay que protegerlo como si te fueras a divorciar mañana. 25 años más tarde, entiendo perfectamente por qué lo decía.
8. Las malas inversiones en el momento o lugar menos oportuno.
Personas que se han quedado atrapadas con las preferentes. Otros depositaron hace años todos sus ahorros en Forum Filatélico, algunos perdieron su fortuna invirtiendo en fondos especializados en empresas tecnológicas de alto potencial poco antes del año 2.000.
Muchas grandes fortunas que se han ganado con el duro trabajo, esfuerzo y sacrificio en el día a día durante décadas, se van por el retrete en una única decisión. La de hacer la inversión equivocada cuando menos diversificados estamos y más capital estamos apostando esa única inversión.
También ocurre el entrar con todo nuestro capital en un mercado completamente bajista con riesgo de que algunas empresas de las que tenemos acciones acabe cotizando a 0 €.
Como podemos ver son muchos los errores que se pueden cometer, aunque casi siempre apoyados en la falta de conocimientos.
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Fuente: http://bit.ly/1dx02tU
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